Elaborado por Sandra Maycotte, investigadora del Centro de Evolución Digital de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.
Las tecnologías digitales, como la inteligencia artificial (IA), realidad virtual (RV), "blockchain", "big data", almacenamiento en la nube, impresión 3D, entre otras, prometen transformar los procesos de trabajo.
Las empresas buscan desarrollar sus capacidades digitales y utilizar la tecnología no sólo para mejorar su eficiencia y competitividad, sino también para fortalecer su desempeño financiero y reducir riesgos. Sin embargo, los procesos de negocios y la toma de decisiones estratégicas no pueden simplemente delegarse a una máquina.
Tanto los seres humanos como la tecnología poseen fuerzas y debilidades únicas, y saber cómo aprovechar los beneficios que otorgan para ponerlos al servicio de la empresa se convierte en una oportunidad para el fortalecimiento de su ventaja competitiva ante la disrupción tecnológica que enfrentan.
¿Cuáles son las ventajas de las máquinas sobre los humanos? Una reconocida ventaja de las herramientas digitales es su capacidad para procesar grandes cantidades de datos y reconocer patrones. Un ejemplo de esta capacidad tecnológica se aprecia cuando nuestro proveedor de entretenimiento en línea, como Netflix o Prime Video, nos sugiere series o películas de acuerdo con nuestros gustos, incluso cuando no somos plenamente conscientes de ellos.
Sucede de la misma manera cuando nos aparecen anuncios en Instagram, Facebook o Amazon con sugerencias personalizadas basadas en algoritmos, los cuales son capaces de predecir futuras compras de productos, en función de gustos personales.
Además, existen numerosos ejemplos, en diferentes industrias, en los que el uso de capacidades tecnológicas como el reconocimiento de patrones y procesamiento de datos puede generar ahorros considerables. Otra importante ventaja de las tecnologías es la rapidez con la que pueden desempeñar una tarea asignada, con mucha más precisión y consistencia que un ser humano.
Esta habilidad tiene importantes repercusiones en ciertas industrias y actividades, como el control de inventario para grandes detallistas, por ejemplo.
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