Elaborado por Jorge Luis Coronel Fuentes, profesor investigador del Centro de Evolución Digital de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.
Es difícil predecir exactamente lo que le depara el futuro a una región o país en particular en lo que respecta a la transformación digital, pero los países latinoamericanos definitivamente están avanzando a pasos agigantados en esta área. Muchas organizaciones en América Latina han reconocido que implementar tecnología ayuda a mejorar los procesos comerciales y aumentar la eficiencia. Como ejemplo de este desarrollo podemos ver el creciente surgimiento de startups fintech que se ha tenido en la región del 2018 a 2023: datos recopilados por Statista sugieren un incremento de más del doble de estos emprendimientos en el periodo.
Sin embargo, la implementación de la tecnología es uno de los muchos elementos que una organización o Gobierno debe considerar para llegar a una transformación digital integral y exitosa; también el desarrollo de competencias y habilidades por parte de los colaboradores o personas involucradas se vuelve vital. Por ejemplo, la UNESCO ha declarado que “para construir conocimientos en cualquier campo del saber, las personas necesitan competencias fundamentales, basadas en el pensamiento crítico, en la capacidad para analizar, evaluar, argumentar, decidir y comunicar”.
Lo anterior implica desarrollar habilidades digitales que, según la propia UNESCO, se entienden como “la suma de conocimientos, capacidades, destrezas, actitudes y estrategias que se requieren para el uso de las tecnologías e Internet”. Incluso, define algunas habilidades digitales como “instrumentales” y las señala como las más frecuentes y demandadas, que son: la generación y el uso del correo electrónico, la utilización de planillas y hojas de cálculo, la realización de presentaciones digitales, la descarga e instalación de aplicaciones, la creación de videos y contenidos digitales y el uso de redes sociales para compartir textos e imágenes.
Con estas competencias y habilidades se pueden enfrentar mejor los diferentes dilemas que genera el uso de Internet: la construcción de la huella y la identidad digital, el big data y el uso de la información personal, el funcionamiento de algoritmos, la búsqueda y selección de información confiable, el significado de la creación y la participación online, así como los usos del lenguaje digital.
Con base en las tendencias actuales, todo apunta a que la transformación digital continúe creciendo rápidamente en América Latina durante los próximos años, en gran parte debido a la participación de toda la sociedad en sus diferentes roles. La mayoría tanto de los Gobiernos como de las empresas del sector privado están invirtiendo fuertemente en el desarrollo de sus capacidades técnicas, lo que debería conducir a un mayor progreso en términos de desarrollo económico y calidad de vida para los ciudadanos en general.
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